. Es más, mis razones van mas allá de temas políticos o legislativos. Sí, lejos de políticos, lejos de tabloides, lejos de sindicalistas. Mis razones para no hacer huelga están en el día a día, en gente corriente, su descontento, sus problemas, sus aspiraciones...
Y es que creo que esta huelga ha sido en cierta manera una forma de expresar que ya no aguantamos más toda esta situación de crisis, desempleo, generación perdida y demás calificativos tan repetidos por nuestros ingeniosos medios de comunicación, y que nos han ido metiendo un sentimiento de hastío en el cuerpo que nos ha dejado a todos con la sensación de que no hay nada que hacer. Como borregos.
Sí, así he visto yo la huelga, como una especie de pataleta. Una pataleta de una sociedad como la nuestra, tan acomodada, tan acostumbrada a la bonanza de los últimos años y que cree que la única manera de arreglar esta situación es pidiendo cuentas al gobierno. El gobierno, sí, supongo que el gobierno tiene parte de culpa. Y claro que los trabajadores tenemos que luchar por nuestros derechos, claro joder.
Pero aun así, no he hecho huelga. Porque considero que esa no es la manera en que las cosas van a mejorar. Porque creo que tenemos un problema mucho más grave que algunos no ven, o no quieren ver. Llamadlo como queráis, comodidad, acomodo, gandulería, conformismo o apología del no dar palo al agua. Y es una plaga. Y se está extendiendo. Lo veo a diario y es lo que verdaderamente nos está hundiendo.
Lo veo en el treintañero que no se mueve de casa de sus padres porque no le da la gana.
En el parado que no quiere / no se atreve a emigrar a una ciudad con más oportunidades (ya no hablemos de emigrar a otro país).
En las listas abarrotadas de opositores sin vocación, con la consigna: "en cuanto consiga plaza, a cobrar y a no hacer ná".
En recién titulados que acatan las tomaduras de pelo de sus jefes, sin plantearse otras opciones.
En (me vais a permitir que tire hacia mi profesión un poco) informáticos que se quejan de la situación, cuando hay una cosa llamada Internet, que podemos manejar a nuestro antojo y que es la mejor lanzadera que ha existido nunca para poner en marcha una idea.
Por estas situaciones y por otras del mismo estilo, yo no he hecho huelga. Y por la hipocresía, por la hipocresía de juntar estos comportamientos conformistas con la huelga. Apoyo fervientemente a alguien que se esfuerce por salir adelante y además vaya a la huelga para luchar por sus derechos. Que no espere lo mismo el que se ha pasado el año jugando a la Play en su sofá, aunque esté primero en la manifestación. Que es muy fácil no hacer nada y luego reclamar tus derechos como el que más, y más en este país...
